La renuncia del Ministro Sánchez: 37 días contra las mafias de la salud
El funcionario que se atrevió a mover las fichas del tablero hospitalario duró poco: la corrupción institucional y el desgobierno lo dejaron fuera sin una sola explicación.
Dr. Ney Briones Zambrano
Redactor de Ecuador Conecta Noticias
Director Ejecutivo del Movimiento Pluricultural Quinta Región
📌 Contextualización
El Ministerio de Salud Pública (MSP) se ha convertido en la silla eléctrica del gabinete presidencial. Desde que Daniel Noboa asumió el poder el 23 de noviembre de 2023, ya han pasado cuatro ministros por esa cartera en menos de veinte meses.
El último en caer: Juan Bernardo Sánchez, quien duró solo 37 días en el cargo, desde el 27 de mayo hasta la noche del 2 de julio de 2025, cuando presentó su renuncia sin explicar el motivo.
Antes que él, ocuparon el cargo:
Franklin Encalada, el primero del gobierno Noboa, desde el 23 de noviembre de 2023 hasta el 14 de junio de 2024.
Manuel Naranjo Paz y Miño, del 18 de junio de 2024 hasta el 15 de febrero de 2025.
Édgar Lama, desde el 15 de febrero de 2025 hasta mayo, ahora presidente del Consejo Directivo del IESS.
Esta sucesión de ministros convierte al MSP en la cartera más inestable del régimen.
Pero la salida de Sánchez tiene ingredientes distintos: huele a presión política, posibles amenazas e incomodidad con los poderes fácticos del sistema sanitario.
🔍 Entre la limpieza y la renuncia
Durante su breve gestión, Juan Bernardo Sánchez no se quedó quieto. Cambió a varios gerentes hospitalarios —especialmente en Guayaquil— y denunció públicamente irregularidades grotescas: insumos quirúrgicos escondidos dentro de batas desechables, compras con sobreprecios, y lo que él mismo calificó como una red de corrupción institucionalizada.
Comenzó una campaña de vacunación contra el COVID‑19, inspeccionó hospitales, reactivó alertas epidemiológicas, y, sobre todo, tocó intereses enquistados en el sistema de salud.
Y eso, en Ecuador, se paga caro.
Desde la Federación Médica Ecuatoriana se deslizó que pudo haber recibido presiones. Su presidente, Santiago Carrasco, en declaraciones a Diario Expreso, dejó entrever un ambiente hostil. Algunas frases irónicas —como la de que “probablemente alguien le haya dicho ‘más vale que se vaya o lo matamos’”— generaron más inquietudes que certezas.
No hay hasta el momento una denuncia formal ni pruebas de amenazas concretas, pero el silencio del gobierno y la renuncia abrupta dejan abierta la puerta a muchas preguntas.
Al mismo tiempo, trascendió en círculos políticos y gremiales que ciertos cambios realizados en hospitales del litoral generaron molestia entre sectores acostumbrados a tener poder e influencia sobre esas instituciones.
Sí se puede constatar lo dicho por Carrasco, pues sus declaraciones fueron recogidas oficialmente por Diario Expreso. Aun así, no disponemos de información suficiente para responsabilizar a ningún actor político en particular, pero el ruido político en Guayas no es nuevo, y las pugnas por el control hospitalario están documentadas desde hace años.
🧠 Análisis político y crítico
La salida de Sánchez no es simplemente el relevo de un funcionario. Es la expresión de una estructura estatal secuestrada por mafias, donde los ministros no duran más que una receta médica.
Esto nos deja varios síntomas:
El poder real no está en el ministerio, sino en las redes de corrupción hospitalaria.
El respaldo del presidente Noboa es débil o nulo. Si no puede proteger a un ministro que denuncia irregularidades, qué puede ofrecer al resto del país?
La impunidad está institucionalizada. Cada vez que un funcionario honesto renuncia, se aplaude en silencio desde las sombras.
Mientras tanto, los hospitales públicos siguen colapsados, los médicos sin insumos y los pacientes con recetas imposibles de llenar.
❓ Preguntas que nos deja este episodio
¿Recibió el ministro amenazas directas o solo presiones políticas?
¿Por qué el gobierno no ha transparentado las razones de su renuncia?
¿Quiénes salieron beneficiados con su salida?
¿Qué tan podrido está el sistema como para tumbar a cuatro ministros en menos de veinte meses?
¿Cuántos más deben renunciar antes de que el país despierte?
✅ Algunas respuestas incómodas
Sí, fue presionado. Ningún funcionario con voluntad de trabajo se va en 37 días sin una buena razón.
No, el gobierno no lo protegió. Sánchez fue sacrificado en silencio.
Sí, las mafias siguen operando. Con más comodidad cada vez que cae alguien que les incomoda.
No, esto no es normal. Y no debemos acostumbrarnos.
🛑 Conclusión: un ministerio en ruinas, un presidente ausente
El Ministerio de Salud Pública no necesita solo gerentes. Necesita una reconstrucción política profunda.
Mientras tanto, sus titulares caen como moscas, y no por incompetencia, sino por tocar las redes que controlan la vida y la muerte desde una bodega de medicamentos.
Lo de Juan Bernardo Sánchez no fue una salida. Fue un desalojo institucional.
Y mientras todo esto ocurre, el presidente Daniel Noboa se encuentra fuera del país, de gira internacional, sonriendo para las cámaras, hablando de inversiones y futurismo, mientras en su patria colapsa el sistema de salud y sus ministros renuncian por razones que nadie se atreve a explicar.
La salud pública, como el país, sigue esperando a que el mandatario regrese del extranjero para ejercer el poder que, en teoría, le pertenece.
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¿Qué clase de país somos, si un ministro no puede hacer su trabajo sin que lo saquen antes de ver resultados?
¿Vamos a seguir tolerando que la salud pública sea rehén de mafias y politiquería?
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