La crisis de la atención primaria: ¿medicina de familia en extinción?
De la consulta cercana al paciente al filtro burocrático del sistema de salud
Contextualización
La atención primaria fue concebida como la puerta de entrada al sistema de salud: accesible, resolutiva y con una visión integral del paciente. El médico de familia debía ser ese profesional cercano, conocedor de la historia clínica y social de cada persona, y garante de la continuidad de los cuidados.
Hoy esa visión se desmorona. Tanto en España como en Ecuador, la realidad es otra: consultas que apenas duran cinco o diez minutos, listas de espera interminables, profesionales exhaustos y pacientes cada vez más frustrados.
La pregunta es inevitable: ¿estamos condenados a convertir la atención primaria en un mero trámite burocrático y no en la columna vertebral del sistema de salud?
I. Sobrecarga: más pacientes, menos tiempo
En España, un médico de familia atiende entre 35 y 50 pacientes diarios en jornada ordinaria, según datos de semFYC y los propios sindicatos médicos. En muchos casos, esa cifra se eleva por ausencias no cubiertas.
En Ecuador, la media en centros del Ministerio de Salud Pública supera los 30 pacientes al día, pero con recursos mucho más limitados: ausencia de medicamentos, falta de personal de enfermería y precariedad en la infraestructura.
La consecuencia es clara: menos tiempo por consulta, menor capacidad de escucha y diagnóstico y más frustración tanto para médicos como para pacientes.
II. El tiempo que falta para escuchar
Gran parte de los diagnósticos se encuentra en la narración del paciente. La anamnesis detallada es la herramienta más poderosa del médico de familia. Sin embargo, cuando solo hay cinco minutos por consulta, la escucha se convierte en un lujo.
En España, sociedades científicas han advertido que esta dinámica genera más errores diagnósticos y un aumento de derivaciones innecesarias. En Ecuador, donde las pruebas diagnósticas no siempre están disponibles, el impacto es mayor: quienes no reciben atención adecuada abandonan el sistema o buscan alternativas inseguras.
III. Atención primaria: del cuidado al trámite
Lo que debía ser la puerta de entrada a la salud se ha convertido en un filtro administrativo. Buena parte de la jornada de los médicos se destina a renovar recetas electrónicas, justificar exámenes o rellenar formularios.
El paciente, más que un sujeto de cuidado, se percibe como un número en una cadena burocrática. Con ello, la medicina de familia pierde su esencia: la relación continua y de confianza con la comunidad.
IV. El precio humano: burnout y abandono profesional
La sobrecarga no solo afecta a los pacientes. En España, más del 70% de los médicos de familia presenta síntomas de burnout, según estudios recientes de la Organización Médica Colegial.
En Ecuador, la presión se multiplica por la falta de seguridad en algunas zonas y la precariedad contractual, lo que lleva a muchos profesionales a abandonar rápidamente el primer nivel. Esto alimenta un círculo vicioso: menos médicos disponibles, más carga para los que permanecen, peor atención para los pacientes.
V. Modelos en crisis, realidades compartidas
Aunque España y Ecuador difieren en recursos, la raíz del problema es común: la infravaloración crónica de la atención primaria.
En España, las inversiones se han centrado en hospitales y alta tecnología, relegando a los centros de salud.
En Ecuador, los recortes presupuestarios, la rotación política y la corrupción han debilitado una red que nunca terminó de consolidarse.
La evidencia es contundente: los sistemas sanitarios con una atención primaria fuerte son más eficientes y equitativos (OMS, 2022). Sin ella, cualquier sistema colapsa.
VI. ¿Extinción o reinvención de la medicina de familia?
No todo está perdido. En algunos países europeos, se han desarrollado modelos de equipos multidisciplinarios en atención primaria que incluyen médicos, enfermeras, psicólogos y trabajadores sociales, logrando descongestionar la consulta médica y devolver tiempo al paciente.
En Ecuador, experiencias locales de salud intercultural han mostrado que cuando el médico se integra en la comunidad, la confianza y la eficacia mejoran.
El futuro pasa por invertir en personal, mejorar la organización y reconocer el valor estratégico de la atención primaria. No se trata de nostalgia por lo perdido, sino de una apuesta real por un modelo sanitario sostenible.
Conclusión
La crisis de la atención primaria no es solo un asunto de médicos cansados y pacientes insatisfechos. Es la evidencia de que estamos debilitando el pilar más humano y eficiente del sistema de salud.
Si no defendemos la medicina de familia, corremos el riesgo de transformarla en un trámite burocrático, vaciado de sentido. La atención primaria necesita tiempo, recursos y reconocimiento. Solo así podrá seguir siendo lo que siempre debió ser: el lugar donde la salud comienza, donde el médico escucha, acompaña y cuida.
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Bibliografía
Organización Mundial de la Salud (OMS). Primary health care: closing the gap between public health and primary care, 2022.
Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Informe sobre la situación de la Atención Primaria en España, 2023.
Organización Médica Colegial de España. Estudio sobre burnout en médicos de atención primaria, 2023.
Ministerio de Salud Pública del Ecuador. Indicadores de atención en el primer nivel, 2022.
The Lancet. Primary Health Care: transforming vision into reality, 2021.
✍️ Dr. Ney Briones Zambrano
Médico de Urgencias
Red Conecta Ecuador Noticias / Substack