Henry Méndez y el eco del odio: cuando la música desafina con la política
Del “Rayos de Sol” al “odio a los rojos”: un artista atrapado entre los escenarios y la intolerancia
Contextualización
En un país donde la música debería ser un puente de unión y no de división, Henry Méndez —cantante dominicano afincado en España y conocido por éxitos como Rayos de Sol— sorprendió a su público con unas declaraciones desafortunadas en un concierto. En medio de gritos contra el presidente Pedro Sánchez, respondió con una frase que marcará su carrera: “odio a los rojos”.
La reacción no se hizo esperar. Varios ayuntamientos cancelaron sus actuaciones, mientras otros mantuvieron sus conciertos, como el de Villa de Vallecas. Ante la polémica, Méndez publicó un comunicado en redes sociales donde pidió disculpas, alegando que intentó frenar insultos contra Sánchez y apelando a la “libertad de expresión”.
El incidente abre un debate profundo: ¿hasta dónde llega la responsabilidad de los artistas como figuras públicas? ¿Puede justificarse el discurso de odio bajo el paraguas de la libertad de expresión?
I. Del escenario a la tribuna política: un salto irresponsable
No es inusual que artistas hagan comentarios políticos desde el escenario. Pero Henry Méndez dio un paso más allá: pidió el voto para “Abascal o Mariano Rajoy”, nombres vinculados a la derecha española. Con ello, convirtió un concierto —espacio de ocio y cultura— en un mitin improvisado.
La música, como forma de arte, siempre ha tenido un componente político. Sin embargo, existe una diferencia entre la crítica social y la reproducción de consignas partidistas. En este caso, Méndez no ofreció reflexión ni crítica, sino un gesto de alineamiento con discursos que dividen a la sociedad.
II. El peso de las palabras: un eco histórico
La expresión “los rojos” no es inocente. En la historia de España, especialmente durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, fue un término usado de manera peyorativa para deshumanizar y perseguir a quienes se identificaban con la izquierda.
Al pronunciar esa frase en un concierto, Méndez no solo insultó a una parte del público potencial, sino que revivió una herida histórica que todavía marca a la sociedad española. Sus palabras se insertan en un contexto donde la memoria histórica y la polarización política siguen siendo temas sensibles.
III. La libertad de expresión mal entendida
En su comunicado, el artista apeló a la libertad de expresión para justificar lo sucedido. Sin embargo, conviene recordar: la libertad de expresión no ampara discursos de odio. La Constitución Española de 1978 protege la expresión crítica y la opinión, pero limita aquellos mensajes que promuevan la discriminación o la violencia.
La confusión de Méndez no es trivial: refleja cómo, en el debate público, la “libertad de expresión” se usa a menudo como escudo para legitimar la ofensa y la intolerancia. Pero cuando un artista habla ante miles de personas, su voz adquiere un eco social que lo obliga a medir sus palabras.
IV. Cultura, política y banalización del odio
El caso de Henry Méndez no es aislado: forma parte de una tendencia creciente en la vida pública española donde los insultos políticos se normalizan. En los estadios, en las redes sociales y ahora también en los conciertos, se repite un patrón preocupante: el odio se convierte en entretenimiento.
Cuando el arte se pone al servicio del desprecio y la división, pierde su capacidad transformadora y democrática. La cultura debería fomentar la convivencia, no servir de altavoz a quienes buscan encender las llamas de la intolerancia.
V. Reacciones institucionales y contradicciones
La polémica provocó reacciones dispares. Algunos municipios cancelaron actuaciones de Méndez en respuesta a las críticas, mientras que el Ayuntamiento de Madrid mantuvo su concierto en Vallecas, pese a la petición del PSOE de retirarlo.
La contradicción es evidente: mientras unas instituciones defienden un principio de tolerancia cero con los discursos de odio, otras amparan al artista bajo la premisa de que el espectáculo “ya estaba programado”. Esta disparidad deja un mensaje ambiguo a la ciudadanía: ¿hay consecuencias reales para quienes traspasan la línea del respeto democrático?
VI. El espejo de un país dividido
El episodio trasciende al propio Henry Méndez. Refleja una España marcada por la polarización, donde resurgen expresiones propias del pasado y donde el enfrentamiento se instala en el centro de la vida cultural.
El odio no se apaga con el último acorde de un concierto. Permanece, se multiplica en redes sociales y se traduce en dinámicas políticas que desgastan la convivencia. Lo ocurrido debería ser un punto de inflexión: si la música es capaz de unir, también puede dividir. Y esa elección depende de la responsabilidad de quienes tienen el micrófono en la mano.
Conclusiones
Henry Méndez cometió un error que trasciende la anécdota. Su frase no fue solo un desliz verbal: reactivó un imaginario cargado de odio y fractura. Sus disculpas, aunque necesarias, quedaron empañadas por una justificación que reduce el daño a un malentendido.
La lección es clara: la cultura y el arte tienen un poder inmenso, y ese poder conlleva responsabilidad. La sociedad debe exigir a sus artistas, del mismo modo que a sus políticos, respeto hacia los valores democráticos.
No se trata de censura, sino de convivencia. Porque en democracia, la verdadera libertad de expresión se ejerce sin odio y con respeto.
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Bibliografía / Referencias
El País. (2025). “Henry Méndez se disculpa por decir que odiaba ‘a los rojos’ y explica que lo hizo para frenar insultos contra Pedro Sánchez.”
El Mundo. (2025). “Henry Méndez pide disculpas por decir que odia ‘a los rojos’ y el Ayuntamiento de Madrid mantiene su concierto en Vallecas.”
La Vanguardia. (2025). “El cantante Henry Méndez se une a la moda y dice ‘odiar a los rojos’ en un concierto: ‘Absolutamente impresentable’.”
El Diario.es. (2025). “Henry Méndez se disculpa por su ‘desafortunado’ comentario contra ‘los rojos’: ‘Intenté parar una situación’.”
ABC. (2025). “El comunicado de Henry Méndez tras decir que ‘odia’ a los rojos: ‘Debe existir la libertad de expresión’.”
✍️ Dr. Ney Briones Zambrano
Director Ejecutivo Movimiento Pluricultural Quinta Región
Redactor Red Conecta Ecuador Noticias / Substack