Dimite la Consejera Andaluza de Salud, Rocío Hernández, tras los fallos en los cribados de cáncer de mama
Hernández renuncia tras el escándalo de los fallos en los cribados de cáncer de mama que afectaron a más de 2.000 mujeres. Juanma Moreno, el verdadero responsable tras las políticas sanitarias del PP.
Contextualización
La noticia estalló como una bomba en la sanidad pública andaluza: Rocío Hernández, Consejera de Salud de Andalucía, presentó su dimisión tras la revelación de los fallos graves en el programa de cribado de cáncer de mama. Miles de mujeres andaluzas, en su mayoría víctimas de esta negligencia sanitaria, se han visto afectadas por el retraso y las malas prácticas en la notificación de resultados de mamografías. Si bien el gesto de renuncia puede parecer un intento de asumir la responsabilidad, la realidad es que este tipo de “gestos” no son suficientes cuando lo que está en juego es la vida de miles de mujeres.
¿Cómo llegamos a esta crisis? Las primeras señales de alerta surgieron a fines de septiembre, cuando la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama, AMAMA, comenzó a recopilar testimonios de afectadas por la falta de notificación de resultados o la tardanza en la repetición de mamografías que revelaron diagnósticos de cáncer. Sin embargo, la historia detrás de esta crisis no es tan simple como un error administrativo aislado; tiene raíces mucho más profundas en las políticas de recortes y privatización que la Junta de Andalucía ha impulsado en los últimos años.
I. La crisis del cribado de cáncer de mama
El escándalo comenzó cuando se conoció que el Sistema Andaluz de Salud (SAS) había demorado meses, e incluso en algunos casos hasta un año, la notificación a las mujeres sobre la necesidad de repetir sus mamografías. El protocolo establecido por el sistema de salud andaluz requiere que cada dos años las mujeres se sometan a pruebas de detección precoz, pero la falta de comunicación hizo que muchas no fueran informadas a tiempo.
A medida que los testimonios se multiplicaban, las autoridades regionales comenzaron a reaccionar, pero las respuestas fueron tardías y confusas. Rocío Hernández, en su primera intervención, habló de “una limitación detectada en el circuito”, atribuyendo los fallos a un “error de comunicación” y no a un problema estructural más profundo. El uso de estos eufemismos, sin embargo, no logró ocultar la magnitud del desastre.
II. La dimisión como cortina de humo
La dimisión de Rocío Hernández no fue más que un intento desesperado de apagar el incendio. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, presionó a la Consejera para que dimitiera ante la creciente presión política y social. Sin embargo, la dimisión de Hernández no es una solución, sino una consecuencia de un sistema sanitario andaluz que lleva años recibiendo recortes y que, ahora, muestra las grietas de una gestión ineficaz y irresponsable.
Es cierto que la dimisión de una figura política debe ser vista como un acto de responsabilidad. No obstante, el verdadero responsable del deterioro de la sanidad pública andaluza es el propio Moreno Bonilla y las políticas de privatización de la sanidad que se han impulsado bajo su mandato. Esta crisis es solo una muestra de un modelo que prioriza el ahorro y la eficiencia a costa de la calidad y la seguridad del servicio.
III. La gestión de la crisis: ¿Reacciones tardías?
La respuesta institucional ante la crisis también ha dejado mucho que desear. La Junta de Andalucía intentó arreglar el desastre con una auditoría y el compromiso de contactar a las mujeres afectadas, pero ¿es suficiente? En un contexto de recortes, no parece haber medidas urgentes ni planes a largo plazo para garantizar la calidad del sistema sanitario.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, afirmó que una vez resuelta la crisis se tomarían decisiones sobre las responsabilidades políticas. Sin embargo, ¿es realmente este el tipo de decisiones que necesitamos en pleno auge de una crisis sanitaria de esta magnitud?
IV. El impacto de la privatización de la sanidad pública
Este escándalo no se entiende sin tener en cuenta la política general de recortes y privatización que se ha ido imponiendo en la sanidad pública andaluza durante los últimos años. La externalización de servicios, la reducción de presupuesto en áreas clave como la atención primaria y la gestión ineficaz de los recursos son factores que han contribuido a que el sistema de salud de Andalucía se encuentre en su peor momento.
La privatización de servicios no solo ha afectado la calidad del servicio, sino que también ha generado una brecha en la accesibilidad y equidad del sistema. Esto se ve reflejado en los casos de mujeres que no recibieron la atención oportuna para un diagnóstico temprano, lo que pone en grave riesgo su salud.
V. La movilización social: Un grito de auxilio
La crisis ha generado una ola de indignación, y no solo en los parlamentos, sino también en las calles. AMAMA y otras organizaciones sociales han convocado manifestaciones masivas en Sevilla y otras ciudades de Andalucía exigiendo responsabilidades y el fin de los recortes en la sanidad pública.
Con la dimisión de Rocío Hernández, las calles siguen resonando con gritos de protesta: “¡Moreno Bonilla fuera de Sevilla!” y “¡Menos cofradías, más mamografías!”. Los familiares de las afectadas, las pacientes y los profesionales de la salud no pueden seguir esperando a que los políticos tomen medidas que nunca llegan a tiempo.
VI. Las consecuencias de un sistema sanitario al borde del colapso
Es fundamental que, más allá de este escándalo, no perdamos de vista la magnitud del problema estructural. La crisis sanitaria que se ha desatado en Andalucía no es un hecho aislado, sino la punta del iceberg de un modelo sanitario que está siendo desmantelado pieza por pieza. Y lo que ha sucedido con los cribados de cáncer de mama podría ser solo el principio de una serie de fallos sistemáticos que afectarán a millones de ciudadanos.
Conclusión
La dimisión de Rocío Hernández es una respuesta, sí, pero insuficiente. No basta con asumir la responsabilidad de un fallo puntual en un programa de cribado cuando el verdadero problema radica en un sistema sanitario público colapsado por años de políticas neoliberales de privatización y recortes. La Junta de Andalucía debe tomar medidas concretas para garantizar la calidad de la atención sanitaria, y los responsables políticos deben rendir cuentas ante la sociedad, empezando por el presidente Juanma Moreno.
La sanidad pública no es un gasto, es una inversión en salud, en bienestar y en vida. Y es hora de que los políticos lo comprendan de una vez por todas.
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Bibliografía:
AMAMA. (2025). Comunicado oficial de AMAMA sobre la crisis de los cribados en Andalucía.
El País. (2025). El escándalo de los cribados de cáncer en Andalucía: lo que sabemos hasta ahora.
Diario de Sevilla. (2025). Las protestas de mujeres afectadas por los fallos en los cribados de cáncer de mama.
Junta de Andalucía. (2025). Comunicado oficial sobre las medidas adoptadas tras la crisis sanitaria.
Dr. Ney Briones Zambrano
Director ejecutivo Movimiento Pluricultural Quinta Región
Redactor Red Conecta Ecuador Noticias / Substack