Diabetes Mellitus: la pandemia silenciosa que no duele, pero mata
No duele, no avisa, pero te puede dejar ciego, amputado o infartado. La diabetes mata en silencio.
Dr. Ney Briones Zambrano
Médico de Urgencias – Máster en Medicina Tropical y salud internacional
La pandemia silenciosa: cifras que impresionan
Más de 590 millones de adultos en el mundo viven hoy con diabetes, y cuatro de cada diez ni siquiera lo saben. Si no tomamos medidas urgentes, esta cifra superará los 850 millones en 2050. Estamos ante una crisis de salud pública global que crece sin hacer ruido… hasta que es demasiado tarde.
En España, se estima que más de 5,1 millones de personas tienen diabetes (el 14 % de los adultos). Y en Ecuador, con una población mucho menor, los datos también son alarmantes: al menos 550 000 personas viven con esta enfermedad, convirtiéndose en una de las tres principales causas de muerte del país. El gasto sanitario, el sufrimiento familiar y las complicaciones graves que provoca son cada vez más difíciles de sostener.
¿Qué es la Diabetes Mellitus y por qué importa?
La diabetes mellitus es una enfermedad crónica, caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre. Es el resultado de una deficiencia en la producción de insulina (diabetes tipo 1), o de una resistencia del cuerpo a su acción (tipo 2), o ambas cosas. En la mayoría de los casos —más del 90 %— hablamos del tipo 2, relacionada con el estilo de vida, la obesidad, la alimentación y la falta de ejercicio.
La gran trampa de esta enfermedad es su falta de síntomas en las fases iniciales. La glucosa elevada no duele. No genera fiebre, ni sangra, ni obliga a guardar cama. Pero avanza sin descanso, dañando órganos y tejidos vitales.
Factores de riesgo y cómo prevenirla
El desarrollo de la diabetes tipo 2 está profundamente vinculado a factores que, en su mayoría, podemos modificar:
Alimentación rica en ultra procesados, harinas refinadas y azúcares.
Vida sedentaria: más de 50 % de la población en países como Ecuador y España no realiza actividad física suficiente.
Estrés crónico, trastornos del sueño, tabaquismo.
También existen factores no modificables: la edad (mayores de 45), los antecedentes familiares, el haber tenido diabetes gestacional o pertenecer a ciertos grupos étnicos.
La buena noticia es que se puede prevenir. Comer de forma equilibrada, caminar al menos 30 minutos al día, reducir el consumo de bebidas azucaradas, dormir bien y evitar el tabaco no son solo consejos vagos: son verdaderas herramientas para evitar esta enfermedad.
Además, se recomienda hacer chequeos periódicos, especialmente si tienes sobrepeso u obesidad, antecedentes familiares o presión alta. Un simple análisis de sangre puede salvarte años de complicaciones.
Cuatro errores que siguen costando vidas
1. “No duele, así que no es grave.”
Falso. La diabetes no genera síntomas al inicio, pero cuando aparecen es porque ya ha hecho daño. El dolor llega con las úlceras, la neuropatía, el infarto o la ceguera.
2. “Se cura con pastillas o con remedios naturales.”
Equivocado. No hay cura definitiva. La diabetes tipo 2 se puede controlar, incluso entrar en remisión con cambios drásticos y sostenidos, pero siempre necesita vigilancia médica.
3. Abandonar el tratamiento cuando la glucosa baja.
Grave error. Muchos pacientes dejan los medicamentos al “sentirse bien”, ignorando que la enfermedad sigue activa y silenciosa.
4. Ver la diabetes solo como un problema de azúcar.
Es un error peligroso. La diabetes afecta el corazón, los riñones, los ojos, el sistema nervioso, el hígado. Es una enfermedad sistémica.
Complicaciones: el precio de la desinformación
Las consecuencias de no tratar la diabetes a tiempo son devastadoras:
Ceguera por retinopatía.
Diálisis por daño renal crónico.
Infartos e ictus que podrían haberse prevenido.
Amputaciones por infecciones en pies que no cicatrizan.
En Ecuador, miles de personas viven conectadas a máquinas de diálisis por una diabetes mal tratada. En España, las amputaciones por pie diabético duplican las cifras de países similares. La calidad de vida de las personas se desploma, al igual que la de sus familias, y los sistemas de salud quedan sobrecargados.
Cómo debe ser el tratamiento y el seguimiento
Superar la diabetes no significa solo bajar el azúcar. Requiere un abordaje integral:
Educación terapéutica: el paciente debe conocer su enfermedad, aprender a leer etiquetas, a usar el glucómetro y tomar decisiones saludables.
Control de metas: mantener la glucosa (HbA1c) por debajo del 7 %, la presión arterial controlada (<130/80) y los lípidos bajos.
Uso de nuevos medicamentos: los fármacos como los inhibidores SGLT2 o los agonistas GLP‑1 ayudan a proteger el corazón y los riñones.
Revisiones periódicas: fondo de ojo una vez al año, análisis de orina para evaluar el riñón, revisión de pies en cada visita médica.
Apoyo multidisciplinar: médico de cabecera, endocrino, nutricionista, podólogo y psicólogo.
Tanto en Ecuador como en España, es clave fortalecer la atención primaria y digitalizar los sistemas de seguimiento para evitar que miles de pacientes se pierdan en el camino.
Llamado a la acción: una responsabilidad de todos
Tú que estás leyendo: si tienes más de 40 años, hazte una glucemia en ayunas. Mide tu cintura. Si fumas, déjalo. Si puedes caminar, hazlo hoy.
Profesionales sanitarios: recordemos que una consulta es una oportunidad para prevenir, educar y salvar.
Gobiernos: inviertan en prevención, promuevan etiquetado nutricional, restrinjan publicidad engañosa y hagan accesibles los medicamentos esenciales.
Sociedad civil: hablemos más de salud en casa, en la escuela, en las redes. Compartamos información de calidad.
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