🇪🇨 Deportar la verdad: el caso Lautaro Bernat y la deriva autoritaria de Daniel Noboa
El gobierno ecuatoriano convierte la libertad de prensa en un riesgo de Estado. Cuando informar se vuelve peligroso, gobernar se vuelve impune.
Contextualización
La noche del 5 de octubre de 2025, el periodista chileno-español Lautaro Bernat Bidegain Ros, conocido en redes como @PeloFuego, fue detenido mientras cubría una manifestación en el centro de Quito y deportado pocas horas después, sin acceso a defensa, sin comunicación con su embajada y bajo un “informe reservado” que lo calificaba como una “amenaza para la seguridad nacional”.
Su delito: grabar lo que el poder no quiere que se vea.
Lo que parecía un acto administrativo más del gobierno de Daniel Noboa se convirtió rápidamente en una señal de alarma para el periodismo, los movimientos sociales y la comunidad internacional.
El caso de Bernat revela la tendencia preocupante de un gobierno que, en nombre del “orden”, restringe libertades y manipula la ley para silenciar la disidencia.
I. El delito de informar
Lautaro Bernat no portaba armas, sino una cámara.
No organizaba protestas, las documentaba.
No incitaba al caos, transmitía la voz de quienes no salen en los noticieros del poder.
Desde el inicio del paro nacional convocado por la CONAIE, cubrió las movilizaciones en Imbabura, Pichincha y Cotopaxi, mostrando imágenes que desmentían el relato oficial de “normalidad”.
Su contenido fue incómodo, no por ser falso, sino porque rompía la narrativa gubernamental de un país “en calma”.
Y eso, en el Ecuador de Noboa, parece suficiente para ser considerado un riesgo para el Estado.
La Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh) denunció que su detención y deportación estuvieron “plagadas de irregularidades”: sin orden judicial, sin abogado, sin contacto con su embajada.
Un proceso exprés que revela una justicia diseñada para castigar al incómodo, no para proteger derechos.
II. La ley como máscara del poder
El gobierno invocó el artículo 143, numeral 7, de la Ley Orgánica de Movilidad Humana, que permite expulsar a extranjeros que “representen una amenaza o riesgo para la seguridad pública y estructura del Estado”.
Sin embargo, ningún documento público, parte policial o testimonio verificable ha demostrado que Bernat haya cometido un acto que encaje en esa descripción.
La vocera oficial, Carolina Jaramillo, admitió que el informe que motivó su expulsión era “de carácter privado”.
Privado, como el miedo.
Privado, como las decisiones que se toman a puerta cerrada cuando el gobierno teme a los periodistas más que a los delincuentes.
Así, el derecho se convierte en herramienta de venganza política, y la ley deja de proteger para servir al poder.
El Estado ecuatoriano usó un marco legal pensado para combatir el crimen organizado, para deportar a un periodista independiente.
Nada describe mejor el deterioro democrático que ese gesto.
III. Ecuador y la peligrosa ruta hacia la censura
La ONG Fundamedios calificó la medida como “un grave atentado contra la libertad de prensa”.
Y no es una exageración: expulsar a un comunicador por su trabajo abre la puerta a la censura legalizada.
Ya no hace falta cerrar medios; basta con expulsar a los periodistas.
Ya no se necesitan dictaduras declaradas; basta con gobiernos que hablan de libertad mientras la restringen.
Lo más inquietante es que no es un caso aislado.
Durante las protestas se reportaron agresiones, gas lacrimógeno y hostigamiento contra comunicadores nacionales.
Ecuador, que en otra época fue referente regional en derechos humanos, comienza a parecerse a aquellos regímenes que juraba no imitar.
IV. Paro nacional, pueblos indígenas y la narrativa del enemigo
Bernat no fue expulsado por ser extranjero, sino por grabar a los indígenas.
Por mostrar a las comunidades que protestan por la eliminación del subsidio al diésel, por la desigualdad, por la pobreza rural.
En lugar de diálogo, el gobierno escogió el viejo manual del poder: convertir al manifestante en enemigo y al periodista en cómplice del desorden.
Cuando el Estado criminaliza la cobertura de las protestas, criminaliza la verdad.
Porque lo que realmente amenaza a la “seguridad del Estado” no son los reporteros, sino los hechos que intentan ocultar.
V. Ecos latinoamericanos: el fantasma del autoritarismo moderno
La expulsión de Bernat evoca una tendencia regional:
Nayib Bukele arrestando críticos bajo el pretexto de la “seguridad nacional”.
Sebastián Piñera reprimiendo comunicadores en el estallido chileno.
Lenín Moreno y Guillermo Lasso criminalizando la protesta indígena bajo el disfraz de la “paz social”.
Daniel Noboa, con su discurso juvenil y tecnocrático, prometía ser distinto.
Pero con acciones como esta, se desnuda su autoritarismo en versión ejecutiva: menos gritos, más decretos; menos balas, más deportaciones.
El autoritarismo ya no lleva uniforme, lleva corbata y sonrisa de Harvard.
VI. Silenciar al testigo: la derrota moral del poder
Las imágenes finales de Lautaro Bernat, escoltado por policías, alzando el puño y gritando “Abajo la dictadura bananera. Gloria eterna a los pueblos indígenas del Ecuador”, no solo retratan su expulsión, sino la derrota moral de un Estado que teme a la cámara más que a la corrupción.
En democracia, los periodistas no son amenaza, son garantía.
Y cuando un gobierno los expulsa, lo que expulsa es su propia legitimidad.
Conclusión
Lo sucedido con Bernat no es una anécdota aislada: es el síntoma de un país que retrocede en derechos, en ética y en libertad.
La prensa libre es incómoda, sí. Pero sin ella, lo que queda es el silencio conveniente de los poderosos.
Hoy el deportado fue un periodista extranjero.
Mañana puede ser cualquier ecuatoriano que se atreva a grabar, denunciar o simplemente pensar distinto.
El futuro de la democracia ecuatoriana dependerá de si los ciudadanos deciden mirar hacia otro lado o levantar la voz.
Porque cuando se calla al mensajero, lo que muere no es su palabra, sino el derecho colectivo a saber.
Bibliografía y fuentes
Fundación Inredh. Comunicado sobre detención y deportación de Lautaro Bernat (Quito, 2025).
Fundamedios. “Grave atentado contra la libertad de prensa: deportación del periodista Bernat.” (5 octubre 2025).
Agencia EFE. “Gobierno de Ecuador justifica deportación de chileno-español por ‘amenaza a la seguridad nacional’.” (6 octubre 2025).
Ley Orgánica de Movilidad Humana, Art. 143, numeral 7.
Declaraciones oficiales de Carolina Jaramillo, vocera del Gobierno de Daniel Noboa (Rueda de prensa, Quito, 6 octubre 2025).
Firmado:
Dr. Ney Briones Zambrano
Director ejecutivo Movimiento Pluricultural Quinta Región.
Redactor Red Ecuador conecta Noticias.