Cuando el púlpito se convierte en trinchera: Argüello, Vox y el Evangelio de la ultraderecha
De la neutralidad pastoral a la cruzada con Vox: Argüello convierte el púlpito en trinchera. La Iglesia ya eligió bando. No fue el de los pobres.
✍️ Dr. Ney Briones Zambrano
Redactor de Ecuador Conecta Noticias y Director Ejecutivo del Movimiento Pluricultural Quinta Región
Cuando el púlpito se convierte en trinchera
La sotana ya no disimula la espada
Durante décadas, la Iglesia Católica española se movió como una bailarina de porcelana sobre el delgado hilo de la democracia. Bendecía sin meterse. Opinaba sin interferir. Se insinuaba, pero no se entregaba del todo.
Pero Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, ha decidido que ese equilibrio ya no va con los tiempos. Ha cambiado el hisopo por la consigna, el incienso por la ideología y la cruz por una bandera. No una cualquiera: una bien escorada a la ultraderecha.
Y no, no es una exageración ni una interpretación malintencionada. Es un hecho: el obispo de Valladolid ha participado en un acto político junto al líder de Vox, Santiago Abascal, y el filósofo de cabecera del extremismo ibérico, Miguel Ángel Quintana Paz.
Lo hizo sin disimulo, sin ambages y, para sorpresa de nadie bien informado, sin rubor.
Lo más inquietante: no fue un desliz ni una imprudencia. Fue una declaración de principios. O, más bien, de trincheras.
https://www.eldiario.es/sociedad/presidente-obispos-pide-elecciones-anticipadas-salida-bloqueo-institucional-dar-voz-ciudadanos_1_12392281.html
De predicar a militar: el Evangelio según Vox
Del Evangelio a la “batalla espiritual”
Lo que antes era un delicado juego de neutralidad institucional, Argüello lo ha convertido en un ariete contra la democracia plural. Su “clamor espiritual” no es otra cosa que un llamamiento a la “batalla cultural”, ese eufemismo con aroma a cruzada que tanto gusta en los círculos de Vox.
No se trata de defender valores, sino de imponerlos. No de predicar, sino de ordenar.
Y lo hace desde un púlpito convertido en atril ideológico, con PowerPoint incluido desde el think tank ultraconservador ISEEP, donde el prelado hace de maestro de ceremonias.
¿Y cuál fue el detonante de esta epifanía reaccionaria?
Oficialmente, el bloqueo institucional tras el escándalo Cerdán.
Pero no seamos ingenuos. Esto no va de regeneración democrática.
Va de oportunismo político y de nostalgia de poder.
Argüello, como otros antes que él, ha leído los signos de los tiempos… pero solo los que aparecen en la prensa de derechas.
Por eso clama por elecciones anticipadas, no como pastor preocupado, sino como agitador camuflado.
Confesión sin absolución: teología aplicada a la política
El sermón como editorial política
Por si alguien dudaba de sus intenciones, Argüello coronó su homilía política con una frase lapidaria sobre el presidente del Gobierno: “humanamente reconocible, pero políticamente irrelevante”.
Traducción libre: que se confiese, se arrepienta y desaparezca.
El problema es que esto no es el Vaticano del siglo XVI.
Es una democracia parlamentaria.
Y cuando un obispo exige rendición política desde el altar, lo que está haciendo no es evangelizar, es militarizar la fe.
Desde el Gobierno no tardaron en responder.
Acusaron a Argüello de incoherencia: exige autonomía para la Iglesia y, al mismo tiempo, mete la mitra en el debate político.
La ironía es evangélica: en nombre de la moral, el presidente episcopal ha sembrado discordia tanto fuera como dentro del templo.
Una homilía que consuela el alma mientras incendia el cuerpo.
https://www.europapress.es/sociedad/noticia-obispos-respaldan-propuesta-arguello-adelanto-electoral-caso-cerdan-corrupcion-cancer-20250620113544.html
¿Quién guía al rebaño?
¿El pastor o el ideólogo?
El terremoto ha sacudido también las paredes de la propia Conferencia Episcopal. En estos días, la Comisión Permanente se reúne para decidir si respaldar oficialmente el manifiesto político de su presidente.
Si lo hacen, la Iglesia española dejará de ser árbitro para convertirse en jugador.
Y no en cualquier equipo, sino en uno que niega el cambio climático, ataca los derechos de las mujeres, desprecia la diversidad y añora un orden moral preconciliar.
Algunos obispos están inquietos.
No solo por la deriva, sino por sus consecuencias: una posible ofensiva laicista, la renegociación del Concordato, o la revisión de beneficios fiscales.
Un precio alto por una batalla que no parece muy evangélica.
Mientras tanto, sectores como Cristianos Socialistas denuncian el silencio de Argüello ante la violencia machista, la homofobia o los abusos clericales.
Curioso, ¿no?
Tanto ruido para pedir elecciones, y tanto silencio ante los gritos de las víctimas.
Conclusión: Dios no vota, pero algunos obispos sí hacen campaña
¿A quién seguimos? ¿A Cristo o al community manager de Vox en sotana?
Así, en medio del estruendo político, la Iglesia que debía ser refugio se convierte en fortaleza.
Pero no una que acoge, sino una que apunta.
La fe ya no se predica, se arma.
El púlpito se ha convertido en una trinchera y los fieles, en soldados de una guerra que quizás nunca pidieron.
La gran pregunta retumba como eco en las naves vacías de las catedrales:
¿seguimos a Cristo o al estratega de Vox con sotana?
Porque cuando el pastor se disfraza de ideólogo,
el rebaño no solo se dispersa…
empieza a pensar.
https://www.europapress.es/sociedad/noticia-bolanos-acusa-obispos-apartarse-respeto-institucional-acercarse-pp-vox-pedir-elecciones-20250620172257.html