Bombas por la Paz: El Ataque de EE.UU. a Irán que Redibujó el Mapa del Miedo
EE.UU. bombardea plantas nucleares en Irán y reaviva el fantasma de la guerra. Una reflexión crítica sobre poder, legalidad e hipocresía global.
Introducción
Sábado 20 de junio de 2025. Mientras medio mundo seguía distraído por campañas electorales, fútbol o escándalos de redes sociales, Estados Unidos lanzó una operación militar que, en tiempos más sobrios, habría sido noticia de apertura mundial durante semanas.
Lo llamó “acción defensiva”, pero bombardeó directamente tres instalaciones nucleares en Irán: Fordow, Natanz e Isfahán. Y no lo hizo en respuesta a un ataque, ni tras una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Lo hizo porque pudo hacerlo.
Este artículo no busca sorprender con datos técnicos ni repetir el lenguaje frío de los comunicados oficiales. Lo que sigue es una crónica indignada, irónica y urgente sobre un episodio que puede marcar el inicio de una escalada sin retorno. Porque más allá del ruido mediático, la pregunta que queda flotando en el aire es brutal:
¿Cuánta violencia nos parece normal cuando la ejecuta una potencia global en nombre de la paz?
Operación “Midnight Hammer”: espectáculo y escándalo
Según voces oficiales, la Operación Midnight Hammer liberó a siete bombarderos B‑2 que soltaron bombas “rompe-búnker” —en la jerga militar, GBU‑57 y MOP— junto a misiles Tomahawk.
Sí, digo bien: bombas tan gigantescas que harían palidecer los armarios de un niño con decoraciones nucleares. Pero toda esa pompa técnica oculta una cruda realidad: estamos rompiendo montañas subterráneas en un país soberano sin una mínima discusión democrática. ¿Y para qué?
¿Detener a Irán o reactivar debates pasados?
La excusa oficial es detener el avance nuclear iraní. Sin embargo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) no ha detectado pruebas concluyentes de que Irán fabricara armas atómicas.
Ayer sepultaron, literal y figuradamente, años de diplomacia fallida: unas negociaciones que Teherán abandonó tras los primeros ataques israelíes, y EE.UU. tuvo la brillante idea de lanzarse a una cascada de misiles como si hablar fuera de débiles.
Resultado: ni desactivamos su programa nuclear, ni ganamos consenso global, y la comunidad internacional brama alarmada.
Irán reacciona: de la ira al bloqueo estratégico
La potencia iraní, lejos de rendirse, prometió respuestas. Misiles hacia Israel han comenzado, conscientes de que este es un choque de titanes; si Irán opta por cerrar el Estrecho de Ormuz, podríamos toparnos con un tsunami económico y una escalada que ni los analistas más cínicos podrían disfrazar de accidente.
Constitucional y legalmente… ¿Qué fue lo que pasó?
Dentro de EE.UU., la oposición —particularmente congresistas demócratas— clama traición: acusan al expresidente Trump de violar la Constitución al abrir fuego sin autorización del Congreso.
Un detalle importante: un ataque no se hace con likes en redes ni con un tweet presidencial. Pero la maquinaria militar estadounidense claramente ya tiene chat interno, y a la ciudadanía solo se le ofrece la versión “fue muy exitoso”.
La gran interrogante: ¿Quién ganó?
EE.UU. gana una nota de prensa militar y unos cuantos votos en circuitos ultraconservadores, pero pierde apoyo en la comunidad internacional y se arriesga a una guerra abierta.
Irán sale herido, pero no destruido ni diplomáticamente aislado: el OIEA no encontró fugas radiactivas, manteniendo su narrativa de “programa civil”.
Israel, contento de contar con respaldo estadounidense, corre hacia una guerra regional de imprevisibles consecuencias.
El resto del mundo, observa horrorizado y se pregunta si hoy el derecho internacional vale menos que el arsenal de la Casa Blanca.
En resumen: sin límite moral no hay reflexión
No es una “destrucción total” a ciegas: es un recordatorio de que las bombas no negocian, y las potencias sí.
Estados Unidos asumió la escalada. Irán respondió. Israel lo celebró. El mundo… se preguntó si esto es 2025 o 1945.
Y ahora, firmo este artículo, invitándoles a reflexionar:
¿Queremos que nuestra seguridad sea una excusa para traspasar montañas?
¿O preferimos alzar la voz, forzar al Congreso, exigir que la diplomacia recupere la voz mientras dejamos las bombas en el suelo —literal y proverbial?
Porque si no, irónicamente, terminaremos más cercanos a 1939 que a la era de la razón.
Dr. Ney Briones Zambrano
REDACTOR SUBSTACK, analista político y ciudadano crítico del Sur Global.