¡Aunque usted no lo crea! Gobierno inaugura un medidor de luz
De hidroeléctricas a medidores: el espectáculo del vacío político en Ecuador
Contextualización
En un episodio que ha causado asombro, burlas y vergüenza ajena en redes sociales, la ministra de Gobierno, Zaida Rovira, encabezó un evento oficial para inaugurar… un medidor de luz. Sí, leyó bien: un medidor de luz. Con cinta, aplausos y un amplio despliegue de funcionarios y fotógrafos oficiales, el acto fue tratado como si se tratara de una gran obra pública.
La publicación del Ministerio de Gobierno presentó el hecho como el inicio de un plan de 600 medidores en la comuna El Delfín, en Manabí, resaltando el compromiso del Ejecutivo con el acceso a energía segura. Pero lo que para el Gobierno fue un hito, para la ciudadanía fue un espectáculo ridículo: una exageración que desnuda el vacío de gestión de la administración Noboa.
I. El “primer medidor” que se volvió gran obra
Un aparato común y corriente, que la empresa eléctrica instala rutinariamente, fue elevado a la categoría de logro nacional. Lo que antes eran actos para grandes infraestructuras energéticas, hoy se reduce a cortar la cinta de un contador eléctrico.
“Antes inaugurábamos hidroeléctricas. Hoy celebramos un medidor de luz. Pero bueno… al menos derrotamos a Correa”, ironizó un usuario en redes. El contraste no solo es risible: es simbólico de la caída de estándares en la política pública.
II. Propaganda con lo insignificante
La entrega del primer medidor fue presentada con despliegue mediático y discursos oficiales, como si el futuro del país dependiera de esa acción mínima. Lo que debería pasar desapercibido en cualquier administración, se convirtió en evento político.
Políticos de oposición, periodistas y ciudadanos cuestionaron duramente el acto. “Hoy celebramos un medidor de luz como si fuera una revolución energética. ¿A este nivel hemos llegado?”, escribió un exfuncionario del sector eléctrico.
El gobierno necesita titulares, aunque sean a costa del ridículo. La estrategia es clara: exagerar lo mínimo para simular acción.

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III. Vergüenza ajena: la política como circo
Lo ocurrido en El Delfín no es solo motivo de risa: es motivo de vergüenza ajena. Ver a una ministra de Estado encabezando un acto de este tipo revela el nivel de improvisación al que ha llegado el Ejecutivo.
Más aún cuando la realidad nacional es otra: el país enfrenta asesinatos diarios, extorsión, hospitales en crisis y desempleo. ¿De qué sirve un medidor de luz presentado como gran obra si las familias viven con miedo en sus barrios?
El circo de la propaganda se sostiene en flashes y cintas, mientras la vida cotidiana se hunde en la violencia y la desesperanza.
IV. La era de las “inauguraciones de bajo voltaje”
Lo más preocupante no es el acto en sí, sino el precedente: estamos entrando en la era de las inauguraciones simbólicas de bajo voltaje. Hoy es un medidor, mañana será un foco, pasado quizá una silla en una escuela rural.
La mediocridad política se normaliza cuando se celebra lo que debería ser rutina. Este es el verdadero riesgo: acostumbrarnos al engaño, al maquillaje, a la simulación de gestión.
V. Lo que sí debería inaugurarse
Un país serio inaugura hospitales equipados, escuelas reconstruidas, proyectos de electrificación comunitaria a gran escala. Un país serio celebra la reducción de homicidios, no la instalación de un medidor.
Si la ministra Rovira quisiera dejar huella, debería inaugurar logros de verdad. Pero el Gobierno se contenta con propaganda de utilería. Y el electorado, mientras tanto, recibe más fotos que soluciones.
VI. Un llamado a la ciudadanía
La ciudadanía no puede reírse y pasar la página. La risa es denuncia, pero también debe transformarse en exigencia. Un pueblo que acepta que inaugurar un medidor es política pública, mañana aceptará cualquier cosa.
Ecuador merece mucho más que inauguraciones ridículas. Merece un gobierno que piense en grande, que trabaje en grande y que inaugure lo que realmente cambia vidas.
Conclusión
El episodio de El Delfín pasará a la historia como una de las escenas más absurdas del gobierno de Daniel Noboa: inaugurar un medidor de luz con despliegue oficial. Pero más allá de la anécdota, refleja una estrategia peligrosa: reemplazar la obra por el gesto, la gestión por la foto, la política pública por el show.
De proyectos energéticos de gran escala a la instalación de un medidor, hemos caído demasiado bajo. Y si no reaccionamos, pronto el gobierno nos venderá como logro hasta el encendido de una bombilla.
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Bibliografía
Ministerio de Gobierno del Ecuador, publicación oficial (2025).
Fuente: @Danielsalcan_ (X/Twitter).
Opiniones y reacciones ciudadanas en redes sociales, 2025.
✍️ Dr. Ney Briones Zambrano
Director Ejecutivo del Movimiento Pluricultural Quinta Región
Redactor en Red Conecta Ecuador Noticias / Substack