🌿 Ansiedad no es debilidad: es un sistema de defensa que grita por atención
Una mirada profunda a la ansiedad, esa emoción que no es enemiga, sino alarma. Una voz del cuerpo que pide ser escuchada.
Por el Dr. Ney Briones Zambrano
Médico de Urgencias.
La ansiedad no siempre se nota, pero siempre se siente. Es ese nudo invisible en el estómago, esa mente que corre sin llegar a ningún lado, ese cuerpo que se agota sin haber hecho nada.
La ansiedad no es flojera. No es exageración. Mucho menos una falta de carácter.
Es un sistema de defensa sobrecargado que ya no distingue entre lo real y lo anticipado.
Es el cuerpo gritando lo que la boca no ha podido decir.
No es una enfermedad en sí misma, aunque puede doler como si lo fuera. Es una forma de decir “algo no está bien”, cuando las palabras fallan, cuando las emociones no se nombran, cuando la mente corre y el corazón ya no encuentra refugio.
🔍 ¿Qué es exactamente la ansiedad?
Una emoción natural que olvidamos cómo escuchar
La ansiedad es parte de nuestro equipaje emocional de fábrica. Todos nacimos con ella. Su función es protegernos: detecta amenazas, acelera el corazón, agudiza los sentidos, nos prepara para reaccionar.
El problema no es sentir ansiedad. El problema es vivir atrapados en ella.
Cuando el cuerpo entra en “modo emergencia” ... y no encuentra cómo salir.
Entonces la ansiedad deja de ser una aliada. Se convierte en una cárcel. No nos protege: nos encierra. No nos avisa: nos domina.
Y todo esto ocurre sin que nadie más lo note.
🌍 Una sociedad que no tolera la pausa
Vivimos en un mundo que idolatra la productividad y desprecia la fragilidad.
Nos piden que rindamos. Que sonriamos. Que no paremos.
¿En qué momento uno puede decir: “me siento mal” sin sentirse culpable?
¿Quién se lo permite sin miedo al juicio o al rechazo?
Aprendimos a disimular la ansiedad. A cubrirla con rendimiento.
A fingir normalidad mientras todo tiembla por dentro.
Y cuando ya no podemos más, nos sentimos culpables por no poder más.
🧠 Escuchar la ansiedad no es rendirse: es empezar a cuidarse
La ansiedad no se silencia a golpes ni con frases motivacionales huecas.
Se transforma cuando dejamos de luchar contra ella y empezamos a conversar con su raíz.
A veces la ansiedad es una historia que no hemos contado.
O una herida no sanada.
O una ausencia que pesa.
O un futuro que nos da miedo mirar.
Aceptar la ansiedad no es resignarse. Es decir: esto que siento tiene sentido.
Y tal vez, solo tal vez, es una manera del cuerpo de pedir ayuda antes de quebrarse.
💡 ¿Qué puedo hacer cuando siento ansiedad?
No la niegues. Reconócela. Nómbrala. Es el primer paso para que no te domine.
Respira consciente. Inhala contando hasta 4, exhala en 6. Hazlo tres veces. Ayuda más de lo que parece.
No te aísles. La ansiedad crece en el silencio. Hablar con alguien de confianza puede ser un salvavidas.
Cuida lo básico. Comer, dormir, moverte. El cuerpo también necesita anclas.
Busca apoyo profesional. No tienes que cargar solo con esto.
❓ Preguntas que mucha gente se hace (y no siempre se atreve a decir)
¿La ansiedad me hace débil?
No. Sentir ansiedad no te hace débil. Ocultarla por miedo al juicio, en cambio, sí te agota.
¿Es normal sentir ansiedad todos los días?
No debería serlo. Si es constante o interfiere con tu vida, necesitas apoyo.
¿Y si la gente no me entiende?
No todos sabrán cómo ayudarte, pero eso no invalida lo que sientes. Busca quienes te escuchen, no quienes te juzguen.
¿Puedo sanar?
Sí. La ansiedad no es una condena. Es un aviso. Con acompañamiento, tiempo y cuidado, puede ser transformada.
🤝 Lo urgente no es desaparecer la ansiedad, sino aprender a habitarla con dignidad
Acompañar la ansiedad —en uno mismo o en otros— requiere más presencia que consejos.
No se trata de ofrecer soluciones rápidas, sino espacios reales. Silencios seguros. Miradas sin prisa.
La ansiedad no define a nadie.
Pero ignorarla tampoco la hace desaparecer.
Escucharla, nombrarla y tratarla con respeto puede cambiarlo todo.
Porque lo contrario de la ansiedad no es la calma perfecta: es el acompañamiento honesto.
La certeza de que no estamos solos.
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Que hablar de ansiedad no sea tabú.
Que nadie más tenga que fingir que está bien cuando por dentro se está cayendo.
La salud emocional no es un lujo: es una urgencia humana.